Aliados naturales contra la procesionaria

Oruga procesionaria.
Las medidas dirigidas al control biológico de la oruga procesionaria deben estar precedidas por otras que aseguren la buena salud de las poblaciones de aves y murciélagos 

Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
Como todos los años por estas fechas toca hablar de una plaga que se repite cada temporada: la de la procesionaria del pino. Muchos ayuntamientos de la Comunidad de Madrid invierten gran cantidad de dinero del erario público en controlar la proliferación de esta oruga cuyos pelos son altamente urticantes para el ser humano y nuestros animales de compañía, especialmente los perros, que pueden verse seriamente afectados por el contacto con la procesionaria en los espacios verdes urbanos y por supuesto también en el medio natural.

«Como todos los años por estas fechas toca hablar de una plaga que se repite cada temporada: la de la procesionaria del pino»

El caso es que, como ya hemos apuntado aquí en otra ocasión, el control de esta plaga es muy importante desde el punto de vista de la salud y del medio ambiente. Es verdad que esta oruga puede acabar con los pinos, pero sólo con aquellos que ya están debilitados por otros factores previamente. En este sentido, no debemos olvidarnos de que este año es diferente a los anteriores debido a los daños causados por el paso de la borrasca que conocemos como ‘Filomena’. Así, muchos pinos han aquedado seriamente dañados, lo que pone en riesgo su supervivencia, más amenazada ahora si cabe con la llegada de la procesionaria del pino. Es decir, que el impacto de esta plaga forestal puede ser este año mucho mayor que de costumbre. Lo que puede ser la puntilla para miles de pinos ya afectados por ‘Filomena’.

Oruga de la procesionaria del pino. Foto: Salvatore Ingala.

Oruga de la procesionaria del pino. Foto: Salvatore Ingala.

Para luchar contra la procesionaria se utilizan diferentes métodos. El primero de ellos es la eliminación de los nidos de las ramas de los pinos. En segundo lugar, existente diferentes modelos de trampas para las orugas, algunas en forma de cinturón que además de atraparlas, impide que lleguen al suelo y formen las largas hileras que todos conocemos. También es verdad que, aunque en menor medida, muchos ayuntamientos vienen apostando por la colocación de diferentes modelos de cajas nido con las que se pretende favorecer el crecimiento de las poblaciones de aves insectívoras que se alimentan de la procesionaria, además de los murciélagos. Precisamente para este mamífero alado se han colocado cajas en el pinar del parque de Las Presillas, en Alcorcón, aunque, a día de hoy, apenas unas pocas han sido ocupadas por los quirópteros.

«Muchos ayuntamientos apuestan por la colocación de cajas nido con las que se pretende favorecer el crecimiento de las poblaciones de aves insectívoras»

Lo que está claro es que este tipo de acciones no van a tener el éxito esperado si no se acompañan de otras que favorezcan la expansión se esos ‘socios’ en nuestros pueblos y ciudades. Es decir, no podemos esperar que poniendo unas cuantas cajas nido el problema quede resuelto. Si las poblaciones de esas especies no gozan de una buena salud, su número va a ser difícil que aumente. Es un tanto hipócrita esperar conseguir unos aliados contra la procesionaria si no se ha estudiado antes su situación, si no se les ayuda en los fríos meses de invierno ni en los calurosos del verano, si se acaba con los insectos -su principal fuente de alimento- con todo tipo de productos químicos, si no se hace nada contra las especies invasoras, etc. No, las cosas no funcionan así.

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