Hipocresía medioambiental


El paraje conocido como Meaques-Retamares tiene que soportar una vez más diferentes impactos sobre su fauna y flora a pesar de su importancia natural 

Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
Resulta especialmente doloroso ver cómo se echa por tierra gran parte del trabajo medioambiental realizado por vecinos y organizaciones conservacionistas durante años por algo tan trivial como la celebración de una prueba automovilística. Por desgracia, eso es lo que ha pasado precisamente el pasado sábado 19 de diciembre en el entorno Meaques-Retamares, en el límite de Alcorcón con Pozuelo de Alarcón y la ciudad de Madrid.

A pesar de la oposición, y de ser un corredor ecológico entre los ríos Guadarrama y Manzanares, los coches que han participado en el II Rally TC Dehesa del Ejército han dejado su huella en un territorio en el que se han llevado a cabo numerosas repoblaciones con especies vegetales autóctonas y donde han sido avistadas especies como el meloncillo o la gineta, entre otras, lo que da cuenta del valor de este espacio aún pendiente de ser protegido como se merece por las Administraciones públicas.

«Es especialmente doloroso ver cómo se echa por tierra parte del trabajo realizado por vecinos y ONG»

Administraciones que también han realizado diferentes actuaciones medioambientales en la zona, pero que parece, a la luz de los acontecimientos, que poco les importa que ahora se desarrolle una prueba deportiva con tamaño impacto ambiental. Es el mundo al revés; los ciudadanos son los que han vuelto a reclamar el fin de este tipo de actividades y no los poderes públicos.

II TC Dehesa del Ejército celebrado el pasado sábado 19 de diciembre.

En este sentido, el silencio de unas administraciones y la autorización expresa de otras, como la del Ministerio de Defensa, titular de los terrenos donde se ha celebrado el rally, supone sin duda el mayor de los desprecios posibles hacia el entorno Maques-Retamares. Además, basta echar un vistazo a los videos del rally que se han publicado en YouTube para darse cuenta rápidamente del enorme trastorno que ha supuesto para este espacio natural.

Lo primero es la enorme cantidad de ruido que se ha generado, un gran enemigo invisible que genera un enorme estrés a la fauna de la zona. Luego tenemos el destrozo de los caminos del lugar, que han quedado como un lodazal, sin olvidarnos de la generación de una enorme cantidad de gases contaminantes, entre otras muchas injerencias ambientales. Es decir, que este rally ha pasado una nada despreciable factura de la que tardará en recuperarse el entono Meaques-Retamares y que poco o nada importa a las administraciones públicas competentes.

«Este rally ha pasado una nada despreciable factura de la que tardará en recuperarse Meaques-Retamares»

Únicamente el Grupo Promotor del Corredor Ecológico del Suroeste se manifestó en contra de este rally durante su celebración, lo que da cuenta de la valentía y compromiso de esta ONG en pro de la zona, muestra también de que una parte de la sociedad es consciente del daño que causan este tipo de actividades deportivas en el medio. Por desgracia, sus voces y argumentos no fueron suficientes para evitarla, quedando a la espera de que esta sea la última edición del nefasto rally.

Mal vamos si además se debe luchar contra unas Administraciones públicas que se ponen medallas cuando realizan alguna acción ambiental en este lugar y que luego miran hacia otro lado cuando hay que defenderlo.

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