Plantas en cuarentena


También las plantas, antes de formar parte de las colecciones de un herbario, deben pasar su particular cuarentena. Y éste es el por qué… 

el Mirador
Por Leopoldo Medina Domingo. Conservador de plantas vasculares del Herbario MA. Real Jardín Botánico (RJB-CSIC)
Los herbarios de todo el mundo albergan unos 390 millones de ejemplares de plantas secas y prensadas, preparadas y organizadas para ser estudiadas por los botánicos. Y claro, donde hay una gran cantidad de lo mismo, también hay plagas. Sobre todo si lo almacenado es comestible. Y hay plagas que ven en estas plantas conservadas un manjar si cabe más exquisito que un delicioso vegetal fresco.

Las plantas almacenadas en los herbarios son atacadas por las larvas y adultos de algunas especies de insectos, que encuentran en los ejemplares secos el alimento necesario para vivir y reproducirse. Algunas familias de plantas, como las crucíferas (las coles y las mostazas) o las compuestas (los girasoles y las alcachofas) son uno de los platos preferidos de estos insectos, que las atacan sin piedad, si las condiciones del medio son las adecuadas.

¿Y qué ‘bichos’ son los que se comen las plantas secas de nuestros herbarios? Pues fundamentalmente las formas larvarias de algunos escarabajos de los géneros Lasioderma, Stegobium y Anthrenus, entre otros. Las llamadas ‘larvas peludas’ de estos escarabajos, unos bichos feos y tan desagradables como para figurar en los créditos de una película de miedo, son capaces de comer las plantas secas, además del papel que hace de soporte a las mismas, de tal manera que avanzan ‘hacia abajo’ consumiendo los paquetes de plantas que se encuentran en el mismo estante.

«Las plantas almacenadas en los herbarios son atacadas por las larvas y adultos de algunas especies de insectos»

Además de estos escarabajos -a los que los zoólogos llaman apropiadamente coleópteros-, existen otros insectos que tienen un pernicioso efecto sobre los pliegos, como son los llamados ‘piojos de los libros’ o psocópteros, de aspecto aparentemente más simpático pero que en situaciones de elevada humedad devoran también las plantas secas de las colecciones de historia natural. No tienen bastante con las bibliotecas…

Estatua de Carl von Linneo y Edificio Villanueva en el Real Jardín Botánico de Madrid. Foto: FDV.

Los herbarios combaten este tipo de plagas mediante dos estrategias. Por un lado, controlan la humedad y la temperatura de los espacios en los que se almacenan las plantas; cuando menos temperatura y humedad estos insectos encuentran menos posibilidades de reproducirse a costa de las plantas secas. Y es que el frío no solo es bueno para curar jamones.

Por otro lado, las plantas que llegan a un herbario pasan un periodo de cuarentena que acaba con todo tipo de plagas. En el Herbario MA del Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, todas las plantas que quieren perpetuarse en los anaqueles de la ciencia botánica, tanto si vienen de la actividad herborizadora de los científicos como si proceden de los sistemas de intercambio y préstamo entre herbarios, se congelan a -20ºC durante dos semanas. Eso sí que es frío.

El frío seco se convierte así en la mejor arma para desinsectar las muestras de plantas que entran en un herbario, matando a las larvas, los adultos y los posibles huevos que puedan encontrarse en los ejemplares de herbario después de este periodo de cuarentena. De hecho, y como norma general, todos los herbarios del mundo sometemos a congelación en estas circunstancias a todas las muestras que nos llegan, antes de incluirlas en nuestras colecciones. Más vale prevenir que tener que curar, y en cuestión de herbarios, como han podido comprobar tras el relato, curar es muy difícil y ¡caro!

«Las plantas que llegan a un herbario pasan un periodo de cuarentena que acaba con todo tipo de plagas»

Quede claro, antes de concluir, que no tenemos nada contra los insectos, pero es que queremos más a nuestras plantas. Y aunque estas tengan que sufrir esta desagradable cuarentena, en el fondo todos sabemos que es por su bien.

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