Cuando el refugio está lejos, los sapos prefieren ahorrar energía y reducir la velocidad y continuidad de la huida
Redacción/. Un estudio realizado por el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) Francisco Javier Zamora-Camacho, demuestra que el sapo corredor, cambia su estrategia de huida de los depredadores en función de la distancia a la que se encuentre su refugio, corriendo más deprisa y de forma más continuada tan solo si la distancia es corta. De esta forma se podrían reducir los costes de la huida y el riesgo de ser detectado por un depredador.
Los ejemplares capturados para la investigación, un total de 21 hembras y 27 machos, se introdujeron en terrarios en los que se construyeron tres recorridos de distinta longitud (210, 140 y 70 cm) desde la línea de salida hasta los refugios. En cada recorrido se simuló la presencia de depredadores y se midió la velocidad y el número de veces que los individuos se detenían en la huida.
“Los resultados obtenidos muestran que, a corta distancia, los sapos corren a más velocidad, lo que les permite llegar antes al refugio. Por el contrario, en los tramos localizados a media y larga distancia tan solo aceleran tras recorrer el primer tramo, haciendo, además, un desplazamiento más intermitente, deteniéndose con más frecuencia”, explica Zamora-Camacho.