El declive de nuestra avifauna urbana y agrícola


La situación de las aves en la península Ibérica, y por tanto en la región, dista de ser esperanzadora para esta familia faunística

Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
El pasado fin de semana SEO/Birdlife celebró el Día de las Aves con 350 actividades organizadas en toda España. De esta forma, la organización ornitológica ha vuelto a dar la voz de alarma sobre la salud de las aves que habitan en el mundo, siendo la avifauna un termómetro de la calidad ambiental de nuestro planeta, así como de nuestros entornos más cercanos.

Perdiz roja.

A nivel global, se ha constatado un constante deterioro de las poblaciones de aves desde 1988. A día de hoy, el 40% de las poblaciones de especies aladas del mundo están en declive; el 44% se encuentran estables; un 7% ha experimentado un crecimiento, y existe un 8% de especies de las que se desconoce su estado de conservación. Con estos datos sobre la mesa, es evidente que estamos ante un grupo faunístico que está experimentando un retroceso poblacional muy alarmante.

«Estamos ante un grupo faunístico que está experimentando un retroceso poblacional muy alarmante»

Si centramos ahora nuestra atención en lo que ocurre en España, veremos que nuestro país no es una excepción en la tónica general. Según los censos y estudios que desde hace décadas viene realizando SEO/Birdlife, tanto las aves agrícolas como las ligadas a ambientes urbanos están en franco retroceso salvo unas pocas especies. Así, los pájaros que habitan nuestros campos han disminuido en número en un 20% entre los años 1998 y 2018. Especies como la codorniz, el sisón o la perdiz roja, son menos numerosas debido a la intensificación de los métodos agrícolas, el abandono del campo o el uso indiscriminado de químicos como herbicidas o insecticidas.

La avutarda es una de las especies agrícolas que ha experimentado un descenso poblacional en los últimos.

Y no es mejor el panorama si hablamos de las aves urbanas. La falta de alimento en nuestras ciudades, la competencia con aves exóticas invasoras como la cotorra argentina y las dificultades para encontrar el lugar idóneo para construir el nido, han hecho que golondrinas, gorriones o vencejos estén experimentado un declive moderado de sus efectivos a nivel nacional. En concreto, en los últimos 20 años se ha reducido el número de aves comunes de nuestras ciudades en un preocupante 12%. A este ritmo, puede que en unas décadas nuestras ciudades se conviertan en lugares desprovistos de avifauna autóctona, como ya sucede en otras ciudades del mundo.

«A este ritmo, puede que en unas décadas nuestras ciudades se conviertan en lugares desprovistos de avifauna«

Para intentar revertir esta situación general, es fundamental llevar a cabo acciones de sensibilización ambiental como las que impulsan las organizaciones conservacionistas. Pero se hace imprescindible acompañar esta labor con la educación ambiental en los colegios e institutos. Si conseguimos que las nuevas generaciones sean conscientes del problema, habremos logrado que en un futuro cercano, gran parte de la ciudadanía exija a los políticos priorizar esfuerzos en cuestiones relacionadas con la conservación de nuestro entorno y sus muchos y vitales moradores.

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