Gracias al anillamiento de más de 3.000 ejemplares en las últimas dos décadas conocemos datos de gran valor sobre su longevidad
Redacción/. Fácil de detectar por su inconfundible canto, que emite incansablemente, especialmente durante la noche, hacen de esta especie un ave muy popular y habitual de las zonas de ribera de nuestros ríos. Gracias a que es una especie muy ‘fiel’ a sus lugares de reproducción ha sido posible que conozcamos su tasa de supervivencia ya que es una de las especies elegidas en el programa Paser de SEO/BirdLife para estudiar su productividad, longevidad, supervivencia y fenología reproductora.

Distribución de las poblaciones de ruiseñor común.
Según se recoge en un artículo de la última edición de junio de 2017 de la publicación Programas de Seguimiento de Avifauna y Grupos de Trabajo de SEO/BirdLife los historiales de 3.002 ejemplares de ruiseñor común han reflejado que la supervivencia de los ruiseñores sería baja durante el primer año de vida para incrementarse a partir del segundo año. Además, hay que tener en cuenta que las probabilidades de recaptura de aves anilladas varían entre años.
Según se recoge en la citada publicación, el índice de productividad del ruiseñor común presenta una tendencia ligeramente positiva, aunque 2016 no fue un año demasiado bueno para la cría (al igual que ha pasado en la mayoría de las especies analizadas en el Paser).
El índice de productividad del ruiseñor presenta una tendencia ligeramente positiva, aunque 2016 no fue un año demasiado bueno para la cría
Los datos reflejan que 2016, según los datos obtenidos, fue una mala temporada en general. Esto se relaciona seguramente con variables meteorológicas ya que 2016 tuvo bastantes lluvias a principio de temporada (previo a la reproducción), con precipitaciones medias de febrero a abril superiores a otros años y con momentos de escasas precipitaciones uniéndose a temperaturas más altas de lo habitual en mayo y junio (fuente AEMET).