Leyenda del Cristo de los Gascones

Cristo de los Gascones.
La tradición católica está muy presente en las leyendas serranas e historias de sus estribaciones 

De leyenda
Por Rosa Alonso
La iglesia de los Santos Justo y Pastor, conocida popularmente como San Justo, es una parroquia situada fuera de la muralla de Segovia, en la zona sur de los arrabales. Este monumento, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996, cuenta en su interior con magníficas pinturas murales del románico y la imagen de un cristo yaciente muy particular: el Cristo de los Gascones. A esta escultura se le atribuyen sucesos legendarios que este mes conoceremos.

Iglesia de los Santos Justo y Pastor.

Hágase tu voluntad
Aunque se desconoce la fecha exacta, se cree que, hacia principios del siglo XII, unos gascones (oriundos de la Gascuña, antigua región del Reino de Francia) y alemanes encontraron un sepulcro que contenía una esquila o cencerro pequeño, junto a una talla románica única: un Cristo yaciente de madera con brazos articulados. Aunque la veneraron con gran devoción, se vieron obligados a partir de sus tierras. Había llegado el momento de decidir el nuevo destino de la pieza.

Admirados por su hermosura y singularidad, todos querían que se quedara en sus países de origen y no conseguían llegar a un acuerdo. Tras largo rato, pero creyendo conocer la voluntad de Dios, construyeron una caja y se marcharon en busca de una yegua; cegando al pobre animal para que no siguiera sus instintos, la adornaron con la esquila hallada y cargaron el nuevo sepulcro con la imagen sobre su lomo. Así, donde se parara el equino, sería el lugar escogido para su reposo.

Todos querían que se quedara en sus países de origen y no conseguían llegar a un acuerdo

Milagros y final del camino
Poco tardó la yegua en echar a andar y, con ella a pocos metros, todas las partes interesadas en su destino. Ninguno quería perder de vista a la portadora de tan ansiado objeto de culto, no fuera a ser que se desviara por obra humana. Enorme fue su sorpresa cuando el animal, ni continuó en tierra francesa, ni partió hacia Alemania, sino que dirigió sus cascos hacia nuestro país.

La leyenda cuenta que una yegua fue la que indió el lugar de reposo del cristo.

Ya en España, la yegua anduvo sin descanso durante jornadas, pareciendo conocer bien hacia donde se dirigía. Se dice que, tras bordear la Sierra de Guadarrama, ésta habría llegado a Segovia y se habría dirigido hacia la antigua ermita de San Justo. Desde este punto de la historia existen dos versiones: la yegua se habría desplomado al llegar a la puerta, indicando el lugar; en una segunda interpretación, el animal habría entrado, llegado hasta el altar y depositado la caja. Una vez acabada su tarea, su final habría sido el mismo.

Con el acuerdo de todos, se habría construido un sepulcro de cristal para el reposo definitivo de la imagen. Además, el séquito se habría quedado a vivir cerca de la ermita, dando en llamarse la ‘Calle de los Gascones’, y habría depositado la esquila en el campanario. Cuentan que esta pieza se ha quebrado en varias ocasiones, pero siempre se ha podido reparar añadiendo más metal, hasta formar lo que hoy es una hermosa campana. A este llamador, se le atribuye la salvación de varias mujeres que en el momento del parto corrían peligro.

El séquito se habría quedado a vivir cerca de la ermita, dando en llamarse la ‘Calle de los Gascones’

Campana de la iglesia donde se guarda la talla articulada.

Pero aquí no acaban los sucesos legendarios del Cristo de los Gascones, ya que se le otorgan varios milagros ‘meteorológicos’. Uno de ellos, datado en el siglo XVII, recoge que la imagen fue sacada en procesión tras un año de intensa sequía y que, inmediatamente, comenzó a llover y no paró en varios días.

En De Leyenda ya se han recordado otras historias religiosas como La Virgen de Navahonda y Santa Quiteria de Alpedrete que el lector está invitado a conocer.

Deja un comentario