El siempre difícil equilibrio medioambiental

Macho de cabra montés en La Pedriza. (Foto: Benjamín Núñez González).

La sobrepoblación de cabra montés en la Sierra puede llegar a originar un enfrentamiento entre ecologistas y animalistas

Opinión de El Guadarramista
Por Jonathan Gil Muñoz (Director)
El partido animalista PACMA ha detenido, al menos por el momento, el plan de reducción del número de cabras montesas en la Sierra de Guadarrama que la Comunidad de Madrid tenía pensado poner en marcha el pasado mes de octubre tras ser aplazado su inicio en diferentes ocasiones debido a problemas logísticos, según ha trascendido en diferentes medios de comunicación que se han hecho eco de este asunto medioambiental.

Cabra montesa.Ahora mismo está en manos de la Justicia el discernir si la campaña para ‘reequilibrar’ el número de este ungulado en la Sierra (el plan apuesta por la eliminación de 2.500 ejemplares aproximadamente) respeta la normativa o si por el contrario la infringe. De momento, el juez que estudia la denuncia interpuesta por aquella formación política contra la iniciativa del Gobierno regional, ha creído oportuno suspender de forma cautelar el comienzo de las batidas de caza de cabras montesas en el Guadarrama.

Un problema muy serio
Nos encontramos ante uno de los grandes problemas de conservación que padece en la actualidad el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Desde que fuera reintroducida la cabra montés en nuestra Sierra allá por los años ’80 y ‘90, su población no ha dejado de crecer. En nuestros días, su número se ha disparado contándose por miles, con el impacto que ello supone sobre la flora amenazada de la Sierra, causando verdaderos estragos en las colonias botánicas más delicadas de nuestra cadena montañosa.

«Nos encontramos ante uno de los grandes problemas que padece en la actualidad el Parque»

De igual modo, esa sobrepoblación caprina representa una amenaza en ciernes para el resto de ungulados silvestres y el ganado que pasta en régimen de extensivo. Eso se debe a que cualquier enfermedad que pueda padecer la cabra montés en el Guadarrama podría contagiarse rápidamente al resto de herbívoros que pastan en nuestras montañas, con el consiguiente problema medioambiental y sanitario. Ojo, que si existiera una buena población de lobos en la Sierra otro gallo cantaría.

El lobo, parte de la solución
Macho de cabra montés.Pero como no es el caso, las manadas de lobos en el Guadarrama aún no son numerosa y así as cabras montesas han medrado sin barreras gracias a la abundancia de alimento y la ausencia en su hábitat del gran depredador ibérico. Se han intentado poner en práctica acciones tan pintorescas como su caza con arco y tan poco efectivas como su captura por medio de jaulas trampa. Esto último denunciado por los ecologistas debido al impacto en el entorno natural que causaba la instalación de las jaulas al emplazarse en zonas sensibles de alta montaña.

El caso es que por unas cosas y por otras se ha desembocado en lo que hoy vemos. Al final, la Comunidad de Madrid ha querido poner remedio de forma contundente al problema con la eliminación de unas 500 cabras montesas anualmente, dándose de bruces con la denuncia de los animalistas que se opone a cualquier método de control poblacional que implique la muerte de animales, proponiendo entre otras alternativas la de ayudar al lobo a recolonizar su otrora entorno serrano.

«La Comunidad de Madrid se ha dado de bruces con la oposición de los animalistas»

A su vez, no han sido pocas las voces que se han dejado oír advirtiendo que la suspensión del plan regional puede ser la puntilla para toda esa flora guadarrameña amenazada por la superpoblación de cabra montés. Estas cosas de medioambiente son así, no hay una única opción viable, pudiendo acarrear efectos negativos para el entorno.

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