La “Piggy-Family”, un cuento muy real (y II)

La “Piggy-Family”.

Segunda y última parte de un relato en forma de cuento sobre el abandono de una cerdita vietnamita en Galapagar

el Mirador
Por Karin Hammill
¿Recordáis el cuento de la cerdita vietnamita en Galapagar? La habían abandonado y tuvo cuatro lechoncitos. Era importantísimo cogerla, por peligro para ellos por los perros y porque en poquísimo tiempo se tendría una ‘invasión’ de cerditos. Y esto no es baladí, ha pasado en muchas localidades ya. Por ejemplo en Cartagena, dónde se registra la bajada diaria del monte de más de 150 cerdos buscando comida. Y seguramente todo comenzó con una sola cerdita abandonada.

Parte II
Estebábamos todos encantados con ella y los peques. Pero la teníamos que coger, pero poco éxito habíamos tenido. Los vecinos y voluntarios, empeñados en la labor de cogerla, aprendimos de los errores con el tiempo. Ya con jaulas, y luego vallas y luego ya pensando en dormir a la cerdita, tan rápidos todos, que pensamos que si la dormíamos los peques la buscarían. Pero, claro con mucho cuidado: los peques tenían que seguir mamando. Así que se cercó la camita de abajo y dejando comida, se guiaba a la mami, la más confiada, para que bajase y comiera y recuperase la fuerza. ¡Imaginaos tener a cuatro bichitos demandando comida cada 3 horas!

La “Piggy-Family”.Y así las semanas pasaban, la mami acercándose a los vecinos y pidiendo comida, pero no nos podíamos acercar mucho a sus peques, ¡eso sí que no! Nos gruñía “grr grr” pero nunca intentó morder, ¡más rica ella! Un día le estaba yo dando de comer un kiwi de mi mano, y al querer observar a los peques me despisté y dejé mi mano, la mami-cerdita mordió mi dedo accidentalmente. No quise asustarla, así que no quité el brazo sólo dije “auch!” Y cuando a continuación le di otro kiwi, ¿saben lo que ella hizo? Ella lo cogió de mi mano con mucha suavidad y cuidado!

«La mami pedía comida a los vecinos, pero no podíamos acercarnos a sus peques»

La guiábamos al cercado y entraba ella, pero no entraban los peques. Vaya, esto estaba resultando muy frustrante. Aprendimos mucho de sus costumbres, la cerdita mami era muy puntual. A las 07:30h ya en marcha por las mañanas, excepto si llovía o hacía frío: entonces remoloneaba más en la camita. Y a las 19:30h ya estaba lista para acurrucarse a dormir. Recorrían muchos kilómetros en su búsqueda de comida, les encanta explorar a los cerditos, pero siempre volvía a los mismos sitios. A veces no se les veía durante días y logramos descubrir las camitas que tenía en las varias fincas privadas en la zona.

Y durante todo este tiempo, seguíamos en el empeño de poder capturarles. Por un lado sabíamos que pronto comenzarían a reproducirse y esto sería un gran problema en el futuro. Pero también queríamos llevarles a un sitio donde estuvieran sanos y salvos, a un nuevo hogar, dónde las personas les quieran y en un entorno más de acuerdo a su naturaleza. Y así un total de 8 intentos o temprano por la mañana o a la hora de acostarse. ¡Imagínense a cuatro bichitos saltando ágilmente y corriendo como bólidos y varios de nosotros tras ellos torpemente lanzándonos al suelo, con caras embarradas y hierba en el pelo! ¡Pues esa era la foto las 8 intentos!

La “Piggy-Family”.Hubo, claro está, pequeños escarceos entre perros y la cerdita que defendía a sus peques, pero no siendo nada agresiva nunca llegaba a morder ¡aun cuando el peligro era real! Al final lo que nos temíamos sucedió: un perro gigante, un mastín, ya sabéis esos perros que son usados para ocuparse y defender de las ovejas y vacas, logró pillar a uno de los peques, a una de las dos hembritas, y le mordió en el muslito trasero y no la soltaba y la peque chillando a grito pelado. ¿Podéis imaginar el miedo y dolor que sentía la peque? Al final el perro la soltó. ¿Sabéis por qué? Su dueña se tuvo que sentar sobre el perro, ¡tan grande y fuerte es él! ¡Qué susto pasó la dueña ya que ella quería mucho a la piggy-family!

«Sabíamos que pronto comenzarían a reproducirse y esto sería un gran problema»

Nosotros también estábamos muy muy preocupados, y quedó muy claro. Más que nunca había que cogerles y rápido. Así que contactamos con otras dos asociaciones con más experiencia en rescates, ERA y ALBA. Acordaron a ayudarnos y se pusieron de acuerdo. Se intentaron tres veces más y ¡finalmente un final feliz! Todos juntos, entre todos, aquí podéis ver el valor del trabajo en equipo, a la tercera logramos cogerlos, algo que solos no habíamos conseguido en ocho ocasiones, ni con solo una asociación en dos intentos. Teníamos que estar todos y trabajar juntos para lograrlo.

Conseguimos que todos ellos entrasen en la jaula, ya sabéis, los cerditos son muy glotones: y ¡no hay nada más apetitoso y jugoso que una pera o un kiwi! Se les ha llevado a un lugar tranquilo, a su casita nueva, se llama Rincón Animalista, en Becerril de la Sierra. Se han recuperado del susto de haber sido capturados y se están amoldando a su nuevo hogar, aunque los peques aún intentan escapar: han estado libres y felices en el campo, ¡no lo olvidemos! La peque ya ha sido curada y todos han sido castrados para evitar la reproducción.

La “Piggy-Family”.Me gustaría tomar unos segundos para comentar que los animales en general nos enseñan muchas cosas. Por ejemplo nos enseñan a socializar: ¿cuándo habéis paseado por el parque habéis notado que los perros de inmediato van a saludar a otros perros? Bueno, esto hace que los dueños también se pongan a charlar con los otros dueños. Y seguro habéis visto que las personas que no llevan perros, no paran a hablar con nadie. Otro ejemplo: nos enseñan a apreciar lo que tenemos y a vivir cada día positivamente: la cerdita y sus peques eran felices a pesar de que de los peligros que podían ocultarse tras  cada esquina.

«Se les ha llevado a un lugar tranquilo, a su casita nueva, se llama Rincón Animalista, en Becerril»

Y los perros siempre ¡saludan felices todos los días! Y posiblemente lo más importante que nos enseñan es a amar incondicionalmente, a amar sin esperar nada a cambio, los gatos, los perros –aunque no nos duchemos en días, o no vayamos al cole, o incluso no les dejemos subir a nuestra cama- ellos siempre se alegran de vernos, ¡aunque sólo hayamos salido cinco minutos! Otra cosa que nos enseñan es en formar parte del grupo y ayudarnos mutuamente. Finalmente la cerdita ayudó a que conociésemos a mucha gente buena e incluso logró a que vecinos que sólo nos saludábamos, ¡nos hayamos unido y ahora seamos amigos! En definitiva los animales nos enseñan a ser más humanos.

Se nombraron a las peques por votación durante la feria de adopción el pasado 5 de junio. Mami: Raksha; y los cachorros: Amelie y Mimi, y Mowgli y Baloo. Recordar que podéis ir a visitarles, y se buscan padrinos y madrinas por poco dinero, ¡ellos agradecerán la visita! Ya sabéis, nunca compréis animalitos, adoptarlos, ellos harán de vuestros días que sean los mejores cada día.

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