Valcotos o el ejemplo que no quieren ver

La Comunidad se enorgullece de la rehabilitación de Peñalara mientras pretende unir las dos estaciones madrileñas de esquí

En el transcurso de esta semana el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (PP), ha visitado los terrenos rehabilitados donde hasta 1998 se encontraba la estación de esquí de Valcotos, hoy Parque Natural de Peñalara. La administración regional hacía balance de los resultados obtenidos tras una exitosa actuación que se ha prolongado durante 15 años Pero ¿es compatible todo esto con la pretensión de González de unir las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí? 

Es un rasero que cuesta mucho comprender, si es que se puede claro. En la nota de prensa difundida por la Comunidad de Madrid a raíz de la visita de González se destaca el desmantelamiento de la antigua estación de Valcotos como pionera en España y Europa. Es desde luego una acción medioambiental destacable, un modelo de recuperación efectiva, llevada a cabo de forma racional con el entorno. Pero como ya veíamos antes, esto choca frontalmente con la pretensión de unir las estaciones de Navacerrada y Valdesquí a través de Guarramillas (Bola del Mundo).

Choca con la pretensión de unir las estaciones de Navacerrada y Valdesquí

Si ya constituyen un serio problema para los hábitats de alta montaña, en un tiempo en el que cada año son menos las nevadas, de llevarse a cabo este plan estaríamos ante un serio perjuicio ambiental en el corazón de la Sierra de Guadarrama, ese que pretende bombear los valores naturales del futuro Parque Nacional. De hecho se han cuidado mucho en dejar fuera del Parque las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí en la zonificación. Algo, en resumidas cuentas, que vuelve a chocar frontalmente con lo que se ha vivido con Valcotos, donde las cosas se han hecho de otra manera.

Un ejemplo que no termina de abrir los ojos de los responsables políticos regionales y que les sirve únicamente como un perfecto escenario en el que fotografiarse y tomarlo como bandera de su política medioambiental. Pero no es así, el doble rasero está presente en el día a día informativo. Estamos muy acostumbrados a tener a la Comunidad de Madrid como protagonista de acciones y proyectos antagónicos, incompatibles entre sí.

Un ejemplo que no termina de abrir los ojos de los responsables políticos regionales

Del que hablamos aquí es uno de los más claros y dolorosos; Peñalara como el ejemplo de rehabilitación de un ecosistema degradado, y muy cerca, a pocos kilómetros, se imponen los proyectos de otro tiempo, como aquel precisamente que llevó el hormigón hasta el puerto de Cotos.