La torre de los Lodones

D. Tirso Lodón perdió a sus dos hijos durante una Noche de Difuntos. Sus extrañas muertes fueron atribuidas al diablo

`De leyenda´
Por Rosa Alonso

La torre de los Lodones, conocida en la actualidad como la atalaya de Torrelodones, es uno de los escasos vestigios medievales que se conservan en la Sierra de Guadarrama. La barrera natural, que conforman las escarpadas formaciones rocosas, protegió a las poblaciones circundantes durante el asalto árabe.

El final de la Reconquista

Las poblaciones de Madrid y Toledo habían sido recuperadas de manos moras cuando D. Tirso Lodón decidió regresar al hogar. Los años de ardua batalla le habían agotado y la senectud amenazaba con vencerle, por lo que, apelando al favor del rey, emprendió el camino de vuelta. En su hogar, le esperaban su paciente esposa y sus dos hijos, Sancho y Ferrán, que ya habrían abandonado la niñez.

La llegada al castillo transformó su alegría inicial en melancolía, pues los dos niños que dejó al cuidado de su amada, se habían convertido en dos hombres, ahora huérfanos y sin respeto a la autoridad paterna. De sus ojos no brotaron lágrimas mientras narraban la pérdida de su madre y no dudaron en marcharse a malgastar su hacienda.

Lodón, el árbol de corteza gris

Tirso, señor de Lodón, bien conocía el origen de su apellido: `Lodón´, árbol recio de la zona con un tronco de intenso color grisáceo. Su escudo heráldico, pensaba Lodón, debía palidecer al contemplar la vergonzosa forma de tratar a las gentes del lugar.

Sabiendo que el señor del castillo había regresado de la guerra, no tardaron en llamar a su puerta todos los agraviados. Harto de sus actos, expulsó a Sancho y Ferrán del castillo, que se refugiaron en la torre. Como era Noche de Difuntos, Tirso Lodón decidió esperar hasta la llegada del día.

A la mañana siguiente, subió las escaleras seguido de sus sirvientes. Encontró la puerta entreabierta y halló los cuerpos sin vida de sus hijos. Temiendo no poder explicar su muerte, Lodón ordenó colgar a sus hijos de la torre, aparentando una falsa redención de sus pecados. Los vecinos de la zona, que no creyeron dicho final, terminaron por conferir la muerte al mismísimo diablo.

Esta historia se transmitió oralmente durante generaciones, bautizando el lugar en su honor, primero como `tierra de Lodones´ y, posteriormente, como Torrelodones.

3 Respuestas a “La torre de los Lodones

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