El Ayuntamiento de Torrelodones, ferviente defensor de la urbanización del AHN, recibe, incomprensiblemente, un galardón medioambiental
Opinión de El Guadarramista/. Ciertos acontecimientos carecen de razón lógica, se escapan al entendimiento humano. Unos lo llaman demencia, otros ignorancia, quizá simplemente sea pura necedad. Pues bien, la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (Ategrus) ha premiado al Ayuntamiento de Torrelodones por su gestión sostenible del medio ambiente y los residuos urbanos.
Primeramente, una perogrullada. El total y absoluto respeto de EL GUADARRAMISTA al libre otorgamiento de premios por cualquier asociación a cualquier persona física o jurídica. Empero, sería de una pasividad repugnante no pronunciarse contra el reconocimiento medioambiental menos merecido que se recuerda. La concesión de este galardón al consistorio de Torrelodones provoca en este medio de comunicación: decepción, horror, consternación, incomprensión, rabia, desconfianza, temor, …
Recordemos al jurado –formado por “expertos de reconocido prestigio en el ámbito de la gestión de residuos y el medio ambiente”- que el Ayuntamiento loado de Torrelodones, regido por Carlos Galbeño (PP), está haciendo todo lo posible y lo imposible por recalificar un bosque del AHN que supondría la destrucción de 130 hectáreas de masa forestal para levantar 1.500 viviendas, varias zonas comerciales y un campo de golf.
¿Son estos méritos para recibir un galardón? Sí, a la Especulación Indiscriminada y a la Progresiva Destrucción del Entorno Serrano. Con la concesión de este premio, Ategrus no hace más que retratarse. Condecorar a uno de los Ayuntamientos que más daño está provocando al medio ambiente en la Sierra de Guadarrama es una temeridad. En ocasiones, espurios intereses desvirtúan legítimos premios. Galbeño como adalid del respeto medioambiental… pongámonos a temblar.
Pablo Esteban Mata (Redactor) elguadarramista@gmail.com
