La moradora de los arroyos serranos

Abrimos de nuevo nuestro cuaderno de campo serrano. Hablamos en esta ocasión de la rana ibérica, uno de los habitantes más importantes de la Sierra de Guadarrama

`ESPECIARIO´
Por Diego Gil Muñoz

Incluida dentro del grupo de las “ranas pardas”, muy frecuentes en Europa, debido a su adaptación a climas frescos, con alto grado de humedad. Menos frecuente en las penínsulas del sur del continente, debido al menor índice de humedad de estas regiones. Por ello la rana patilarga o ibérica , aislada de sus hermanas europeas se ha convertido en un endemismo ibérico. Sus poblaciones en la península ibérica son muy reducidas y altamente localizadas.

Descripción: se trata de una rana pequeña, 49 mm los machos y 56 mm las hembras, de aspecto delicado, acentuado por sus largas patas traseras. Son de color pardo rojizo con variantes aceitunadas, achocolatadas o amarillentas y con algunas manchas oscuras en el dorso. En la Comunidad de Madrid no se han descrito ejemplares jaspeados, con el vientre de color y manchas oscuras en la garganta. En la cabeza presenta una marcada mancha negra desde las – hasta destrás del tímpano.

Habitat: se encuntran tanto en las prosimidades de los arroyos y regatos de las faldas de la Sierra del Guadarrama, como en las pozas de las cumbres, hasta los 2.120 metros de altitud. Siendo infrecuente encontrarlas por debajo de los 950 metros.

Reproducción: comienza muy temprano, ya en diciembre pueden observarse renacuajos ya muy crecidos. Durante los meses de invierno es frecuente observar ejemplares en celo bajo el hielo que cubre la superficie de las pozas.

Los renacuajos: los renacuajos tienen unas características que los hacen muy reconocibles. Presentan una coloración verde oscura salpicada de numerosas notas doradas. La metamorfosis ocurre durante la primavera o en el verano, terminada la cual, lo nuevos ejemplares son idénticos a los adultos.

Cada vez resulta más dificil encontrar encontrar esta rana en nuestra Sierra. Las posibles causas pueden ser la introducción de samónidos en ciertos lugares muy sensibles para esta especie de anfibio. La presión humana sobre los ecosistemas que gusta ocupar la rana ibérica se adivina como una de las cuasas más que probables para explicar el descenso de su población serrana.

Sería muy necesario realizar un estudio sobre la densidad de la especie así como el planteamiento de las medidas oportunas para garantizar la conservación de esta bella y escasa rana, endémica de las aguas de nuestra Sierra de Guadarrama.

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