La especulación; en el Guadarrama segoviano

Montes de Valsaín

Los pelotazos urbanísticos, los chollos en las adjudicaciones públicas de contratos y la desidia al no proteger espacios naturales de alto valor ecológico no son cosas de una sola vertiente. Por lo que estamos viendo en EL GUADARRAMISTA en la cara segoviana de la Sierra también hay importantes puntos negros

Una adjudicación con fecha de caducidad

Para empezar tenemos uno de los últimos casos que más ha dado que hablar en Segovia en esta última semana. Se trata de la farsa que ha rodeado la adjudicación de la construcción y explotación por Iberpistas de los dos ramales a Ávila y Segovia que parten de la A-6. Ni más ni menos que el Tribunal de Justicia de la UE va a tener que decidir sobre el asunto. Gracias a la denuncia presentada en el año 2000 por Centaurea y CC.OO de Ávila podría revertir estos dos ramales al Estado, después de que se anule la adjudicación que el PP hizo en su día de aquella manera.

La Granja, un caso paradigmático

Ahí tenemos el caso del urbanismo de La Granja. Uno de los pueblos más bellos enclavado en un paraje único a los pies del Guadarrama. Todo muy bello, con su Real Sitio coronando el enclave, pero de pronto se presenta un plan de crecimiento urbanístico que hace saltar la alarma. Nuevas urbanizaciones que ponen en peligro el ya de por si difícil equilibrio humano con el entorno. Nadie habla de inmovilismo y si de crecimiento sostenible, armonizado con los dos grandes patrimonios de este lugar, el natural y el cultural.

Un mal ejemplo que no debería imitarse

Como colofón tenemos la noticia que publicamos hoy, donde informamos del peligro que corren aquellos olmos de la tan traída y llevada finca Quitapesares. Esta si que podríamos incluirla en las noticias de urbanismo ciego y sin medida, el asfaltar a toda cosa que se repite hasta la saciedad en muchos de los pueblos de la Comunidad de Madrid. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo, que el ejemplo madrileño está cundiendo en la vertiente segoviana de la Sierra.

Es triste pero no deja de ser cierto. Y contra todo este despropósito sólo se puede luchar de tres maneras; ante los tribunales, presentado argumentos sólidos de carácter puramente legal y no medioambientales. Ante la sociedad serrana, a la que queda por convencer de lo importante que es la Sierra de Guadarrama, donde viven. Y que los medios del Guadarrama se hagan eco de lo que ocurre en nuestra querida Sierra, sin miedo y sin clientelismo.

Jonathan Gil Muñoz
(Director y editor)
elguadarramista@gmail.com

El Guadarramista

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