El casi legendario paso romano por la Fuenfría va recuperando su aspecto original. Desde 2008 la región ha trabajado en corregir los daños que el tiempo había causado en la vía romana,
Redacción/. La milenaria calzada romana de Cercedilla recupera parte de su esplendor perdido a lo largo de los siglos. Ayer la Comunidad de Madrid inauguró la primera fase de acondicionamiento de esta vía histórica que aún hoy une el Guadarrama madrileño con el segoviano. La Vía XXIV que atraviesa la Fuenfría ha sido objeto de una rehabilitación que venía necesitando y que se ha concretado en parte de su trazado.
Esta calzada romana declarada Bien de Interés Cultural en 1981 ha unido desde el siglo I hasta más o menos el IV de nuestra era ciudades como Segovia y Toledo. Desde entonces la Naturaleza ha intentado ocultarla bajo un manto de vegetación que se ha eliminado en parte gracias a esta rehabilitación en sus dos primeros tramos, de los cuatro en los que la ha dividido la Comunidad.
Un camino diferente al que pisamos hoy
Gracias a estos trabajos también se ha podido determinar fehacientemente el trazado original de la calzada romanan de Cercedilla. De tal manera que los estudiosos han podido ver que en contra de lo que se pensaba hasta el momento en muchos tramos de la Fuenfría la vía corre dispar al camino que se cree de origen romano, de forma que el perdido corre al abrigo de los vientos y buscando unas pendientes más suaves.